TECTÓNICA. En Ideas and Forms, William Curtis refiere que: “A través de la procesión alrededor de la Capilla de Ronchamp, las curvas demuestran que no son un simple artilugio gráfico, sino que pueden trasladar las intenciones del arquitecto a las tres dimensiones (a las 4 en realidad) con exactitud y decisión. Se orientan al horizonte, modelan la luz y la sombra, canalizan el movimiento al interior y al exterior y resuelven la presión interna y externa del edificio. En las primeras obras de Le Corbusier las curvas juegan contra la regularidad del entramado; aquí tienen vida propia”. Eso es tectónica; no, como creíamos por culpa de Frampton, un asunto de tornillos y empalmes de caja y espiga.
- Tener confianza en nosotros mismos como individuos, de la manera que exige Emerson, es una obligación y una responsabilidad. Es la única manera de librarse de la mediocridad. Pero no es fácil. No se trata de librarse de la mediocridad que nos rodea solamente para quedar conformes con la mediocridad de uno mismo. Hay que merecer esa libertad.
- Es magnífica la correspondencia, no tanto del conocimiento, como del espíritu del saber. Entre Goethe, Schiller y Carlyle, entre Carlyle y Emerson, entre Emerson y Whitman o Nietsche. Todos son uno.
- Un Arquitecto (a la antigua) es alguien al que le piden hacer una pérgola y sin querer le sale una loggia
- "Vive con tu siglo," dice Schiller "pero no seas su hechura; ofrece a tus contemporáneos lo que precisan, no lo que aplauden." (Especialmente en una ápoca de Arquitectura empacada a lo Macaroni & Cheese)
- El tetraedro que formaban las distancias entre las manos, los lóbulos temporales del cerebro y el corazón cuando Glenn Gould tocaba el piano. Cuando cruzaba la pierna izquierda sobre la derecha la figura se hacía aun más perfecta.
-Las mujeres de las orquestas sinfónicas no parecen tener tatuajes o los maquillan super bien (probablemente los hombres tampoco).
- En ésta época de sobrepoblación y los efectos negativos que el ser humano ocasiona:
a. La construcción, como tal, debe alejarse del uso de materiales como la piedra o el hormigón y preferir el metal por su eficiencia pero sobre todo la madera, porque la madera, bien manejada, es el material más medioambientalmente sostenible.
b. Por otro lado, la ARQUITECTURA, no debe abandonar nunca el empleo del hormigón o de la piedra. Quizás poco a poco estos materiales deben reservarse exclusivamente a los monumentos.
c. No será necesaria ni sería deseable una ley o una imposición desde las instituciones que regularice lo antedicho. Debería ser una decisión libre y sabia desde los propios arquitectos. También es posible que esto se regularice con el costo de los materiales y la mano de obra.