jueves, 25 de mayo de 2017

Fragmentos seleccionados de los ensayos finales de los estudiantes del curso "Ortodoxia, primer taller de filosofía de la arquitectura"

"Ortodoxia". Técnica: serigrafía, 28 x 42 cm

Este semestre se abrió en la Universidad San Francisco de Quito un curso, a manera de taller de filosofía de la arquitectura -como una rama de la estética y la filosofía del arte- orientado al estudio de la tradición del idealismo y el clasicismo grecolatino en la arquitectura. La aproximación a dicha tradición se efectuó desde dos frentes complementarios: por un lado la filosofía del arte y la estética, en un ámbito bibliográfico que abarcó una parte de la obra filosófica del arte desde Platón hasta Heidegger; y por otro, los tratados de arquitectura más relevantes de la historia, desde los Diez libros de la arquitectura de Vitruvio, hasta Vers une architecture y El Modulor de Le Corbusier.
 
A continuación algunos extractos de los ensayos finales de los estudiantes:

"La arquitectura de Rossi es como un lenguaje de formas silenciosas, capaz de comunicarse con todas las "tribus", sin importar su origen o implantación. Un lenguaje construido de símbolos capaces de demostrar y asimilar la universalidad del tipo y, al mismo tiempo afirmar la autonomía de la arquitectura independiente de la función". Sebastián Sánchez Bardellini en el ensayo Aldo Rossi desde Hegel, La construcción simbólica de la arquitectura

"El segundo principio establece que una verdadera obra de arte no es un objeto, más bien es una experiencia. Dewey reconoce que una obra de arte se presenta como una experiencia intensificada dentro de nuestra vida cotidiana que tiene el potencial de transformar. A su vez, Rossi, establece que el hecho urbano no es un edificio sino un fragmento de ciudad. La ciudad se revela a través de sus monumentos, en donde cada uno nos muestra una secuencia y finalmente la historia". Paula Cárdenas en el ensayo La experiencia estética de los hechos urbanos

"La música surge de conceptos matemáticos pero la entendemos únicamente después de haberla escuchado. La arquitectura debería ser capaz de lo mismo; debería tener lo gnoseológico. No como norma pero como precaución; como un acto altruista hacia aquel que sufre del estrago de la náusea (Sartre); y a su vez producir la tranquilidad que su propia existencia manifiesta. ¿Es acaso esta la función intrínseca del arte, existir como un antídoto para quien llegue a necesitarla? No necesariamente algo placentero, tan solo mostrarse con suficiente fuerza como para estremecer el espíritu; y en esa sacudida dosificar las incoherencias de la existencia". José David Freire en el ensayo Arquitectura gnoseológica

"No puede ser el hecho sensible el que genere placer; el goce tiene que intelectualizarse. Los sentidos, por ejemplo, pueden expresar un gozo al percibir un material agradable y cierto rechazo por materiales no agradables o "brutos". Pueden preferir superficies perfectamente lisas a texturas rugosas. Pero, para generar un placer intelectual, es necesario ordenar aquellos materiales, superficies y texturas según una idea; emplearlos en una unidad, en un conjunto armónico. Parafaseando a Santo Tomás: el goce se genera al encontrar el "resplandor" de la Forma en la Materia". Alejandro Ramos en el ensayo El placer de lo que agrada a la vista

"Resulta sencillo reconocer estas componentes en cualquier obra de arte que ha superado al olvido; y después, resulta insensato ignorarlas si nuestro fin es satisfacer el inmortal apetito de un orden elevado. Sin más anhelo que el de conmover al espíritu, la tarea alcanza la magnitud de su sentido en el gozo personal de quien, en el camino, mueve el suyo propio.
Por el renacer del compromiso arquitectónico, por la revalorización del rigor y la disciplina, por la búsqueda de la verdad (en un mundo que lo necesita sin ser consciente); conservemos de la historia, la eterna, invariable y metódica búsqueda de la belleza". Johanna Medina en el ensayo De la búsqueda de la Belleza, comentario comparativo: Ficino y Jeanneret

"Lo bello no meramente entendido como un criterio subjetivo sino como una herramienta en conducción al alma".
"De acuerdo con Platón, Le Corbusier aclara que la materialización no es más que un hecho brutal y magnífico. Donde el espíritu, como entendedor de lo bello, hallará su verdadero refugio". Christian Cruz Salazar en el ensayo Verdaderamente bello, hostil y silencioso

"Toda esta teoría sobre la forma, la idea, la cosa en sí, se puede reducir al ejercicio de la analogía, la concepción de que todo está referenciado a algún tipo anterior al objeto de creación. Por eso un poema y un palacio pueden ser iguales, o, por lo menos, comparables. Sin embargo, lo verdaderamente importante de esta aproximación es establecer una clara diferencia entre analogía y alegoría, entre tipos y estilos, entre arte genuino y manierismo". Jaime Tillería en el ensayo Sobre la forma